En los últimos años, Hong Kong y China se han destacado como destinos atractivos para las pequeñas y medianas empresas (pymes) que buscan expandirse y crecer en mercados dinámicos. A medida que exploramos las ventajas que ofrecen estos lugares y analizamos su eficiente modelo de desarrollo, surgen ideas sobre cómo los países occidentales podrían establecer “zonas de libre comercio” similares, fomentando la innovación y el desarrollo sostenible.
Una de las principales ventajas que Hong Kong y China brindan a las pymes es un entorno empresarial altamente favorable. Ambos lugares han implementado políticas y regulaciones que facilitan la creación y el crecimiento de empresas, promoviendo la inversión extranjera y la competencia justa. La infraestructura de primer nivel, la conectividad global y la amplia red de acuerdos comerciales también juegan un papel crucial en la atracción de empresas de todo el mundo.
Además, estos territorios asiáticos ofrecen una abundancia de talento altamente cualificado a precios competitivos. El enfoque en la educación de calidad y la inversión en el desarrollo de habilidades han permitido la formación de una fuerza laboral diversa y altamente capacitada. Las pymes se benefician de este acceso a recursos humanos de calidad, lo que les permite impulsar la innovación y la eficiencia en sus operaciones.
Otra ventaja destacada es la orientación hacia la investigación y el desarrollo (I+D) y la adopción de tecnología de vanguardia. Hong Kong y China han invertido considerablemente en la creación de ecosistemas de innovación, facilitando la colaboración entre empresas, universidades y centros de investigación. Esto ha impulsado el desarrollo de tecnologías avanzadas y ha generado un entorno propicio para el crecimiento de pymes tecnológicas.
El modelo de desarrollo eficiente de Hong Kong y China también se destaca por su enfoque en la sostenibilidad. Ambos lugares han reconocido la importancia de un desarrollo equilibrado y han implementado políticas que fomentan la protección del medio ambiente y la adopción de prácticas empresariales responsables. Esto no solo beneficia a las empresas en términos de imagen y reputación, sino que también crea oportunidades para el crecimiento económico sostenible a largo plazo.
A medida que países occidentales consideran cómo pueden seguir el ejemplo de Hong Kong y China, la creación de “zonas de libre comercio” podría ser una estrategia efectiva. Estas zonas podrían ofrecer incentivos fiscales, simplificar trámites burocráticos y promover la colaboración entre empresas, instituciones académicas y organismos gubernamentales.
En el caso de China. El Partido Comunista de China ha implementado una serie de medidas en los últimos años, desde reformas estructurales hasta cambios en los tramos de impuestos, buscando impulsar el crecimiento económico y mejorar la distribución de la riqueza.
En términos de reformas estructurales. Se han implementado medidas para simplificar los procedimientos de registro de empresas y reducir las barreras de entrada para los inversores. Además, se han establecido zonas económicas especiales y parques industriales con incentivos fiscales y regulaciones flexibles, para promover la innovación y el desarrollo de nuevas industrias.
En cuanto a los impuestos, China ha realizado cambios significativos en los últimos años para fortalecer su sistema tributario y promover la equidad fiscal. En 2018, se implementó una reforma integral de impuestos, que incluyó la reducción de la carga fiscal para las empresas y los individuos. Se establecieron tres tramos de impuestos sobre la renta personal: el tramo inferior con una tasa del 3%, el tramo medio con una tasa del 10% y el tramo superior con una tasa del 25%. Estos tramos, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de países occidentales, se ajustan periódicamente para reflejar los cambios en los ingresos y la inflación.
Además de la reforma de impuestos sobre la renta personal, China ha implementado medidas para alentar la inversión empresarial y la innovación. Se han introducido políticas de incentivos fiscales para las empresas de alta tecnología y para aquellas que realicen actividades de I+D. También se han establecido zonas de libre comercio y se han promovido acuerdos de doble tributación para fomentar el comercio internacional y atraer inversiones extranjeras.
Es importante destacar que China también ha puesto énfasis en la lucha contra la evasión fiscal y la elusión de impuestos. Se han implementado medidas para fortalecer la supervisión y el cumplimiento tributario, así como para mejorar la transparencia en las transacciones financieras.
En China, el impuesto al valor agregado (IVA) es uno de los impuestos más importantes. En general, hay tres tramos impositivos de IVA en China: el 13%, el 9% y el 6%. Estos tramos se aplican a diferentes categorías de bienes y servicios, con el objetivo de promover el consumo y garantizar la equidad fiscal.
El tramo del 13% se aplica principalmente a productos y servicios básicos, como alimentos, medicamentos, libros y servicios de transporte. Este tramo impositivo más alto busca evitar una carga excesiva sobre los productos de primera necesidad.
El tramo del 9% se aplica a la mayoría de los bienes y servicios, incluyendo la mayoría de las ventas minoristas, servicios de telecomunicaciones, entretenimiento, turismo y restaurantes. Este tramo es el más común y se aplica a la mayoría de las transacciones comerciales.
El tramo del 6% se aplica a ciertos sectores específicos, como servicios financieros, bienes raíces, servicios de construcción y venta de bienes inmuebles de segunda mano.
En cuanto a las diferencias de impuestos entre pymes y grandes empresas, China ha implementado políticas fiscales para alentar el desarrollo de las pymes y promover la equidad en el sistema tributario.
Para las pymes, se han establecido políticas de reducción de impuestos y exenciones fiscales. Por ejemplo, las pymes pueden beneficiarse de una tasa de impuesto sobre la renta corporativa más baja en comparación con las grandes empresas. Además, se han establecido exenciones fiscales para las nuevas empresas y se han implementado políticas de apoyo financiero y crédito preferencial para las pymes en su etapa inicial.
Por otro lado, las grandes empresas a menudo tienen una carga impositiva más alta en comparación con las pymes. Estas empresas pueden estar sujetas a una tasa de impuesto sobre la renta corporativa más alta y pueden tener menos beneficios en términos de exenciones fiscales y reducciones.
Es importante tener en cuenta que las políticas fiscales pueden variar según la ubicación y la industria en China. Además, las políticas fiscales están sujetas a cambios y ajustes periódicos por parte del gobierno chino, en función de las condiciones económicas y las necesidades de desarrollo del país.
Las pymes en China pueden beneficiarse de políticas fiscales favorables, muy diferentes a las que están llevando a su desaparición en occidente. China apuesta fuerte por tasas de impuesto sobre la renta corporativa más bajas y exenciones fiscales, mientras que en occidente no solo la carga fiscal suele ser la misma independientemente del tamaño de la empresa, si no que el sistema es estrictamente asistencial vía subvenciones.
El Partido Comunista de China ha adoptado diversas medidas, sensatas y a favor del libre comercio, en los últimos años para fortalecer su economía, evitar la acumulación de cuotas de mercado innecesariamente altas y promover el desarrollo sostenible. Estas políticas han logrado mejorar el entorno empresarial, la capacitación de los empresarios y han situado a china como el centro de referencia global del libre comercio, el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza.